jueves, 15 de octubre de 2020

Fabricio y su encuentro no deseado


Foto fines ilustrativos 


Por: Fabricio Alfredo Obando Chang, Periodista. 


Siempre aprovechó un tiempo para planificar sobre lo que voy a escribir en mi blog, y se me ocurrió escribir sobre un acontecimiento fuera de este mundo y algo me hizo sentir recordar la importancia de la vida y sobre todo tener a Dios en nuestro corazón.

Y todo empezó de la siguiente forma encontraba en 9 año del colegio era tipo estudiante responsable, estudioso, participaba en las liturgías de la palabra y cuanta actividad religiosa que se realizará en el colegio. Pro nunca me imagine que fuera a tener una serie de sucesos no muy agradables y especialmente que me dejaban débil después de luchar.

Siempre antes de acostarme le rezaba a una imagen de María Auxiliadora que tenía en mi mesa de noche en donde me acompaña un jarrón lleno de agua cristalina y un vaso para no levantarme en la madrugada. Allí empezó el encuentro no deseado era un hombre vestido tenía un cierto parecido a un sacerdote de apellido Calvo, se me presentó en mi cuarto como persona de carne y hueso yo me limpiaba para ver si era verdad o la mente me estaba jugando sucio pero no fue así. 

Como manejaba las ventanas abiertas debido a que donde vivía es una zona caliente sentí un lleno de frio y mezclado con calor pero tenía un dolor desagradable y me levantó a tomar agua de la mesita de noche sentí como una mano me tomaba fuertemente para que no bebiera un sorbo de agua desde mi cuarto se escuchaban gritos pero también había una discusión fuerte. Se levantaron mis padres para ver que era yo les respondí: ayuda, me quieren asustar, mi madre todas las oraciones que se sabía y mi padre me abrazaba fuertemente. 

Esa persona me decía: Fabricio, vas a sufrir mucho y tendrás una pérdida muy fuerte en tu vida y  de hecho se cumplió en el 2015.  Y luego saqué valentía para decirle : !Váyase ¡ y por último se me presentó tenía la cara de ese sacerdote pero desfigurada y luego dice: Soy Lucífer. Entre todos lloramos del miedo  y al día siguiente hablamos con mi guía espiritual les contamos la situación  porque gracias a Dios era especialista en esos temas y nos explico que el demonio acosaba a las personas con corazón lleno de bondad y que era una forma de ponernos a prueba. 

Años más delante volvería a tener otro encuentro no deseado pero fue con una persona cercana a mi pero esa vez actué inmediamente  y cuando vio la medalla de María Auxiliadora se desmayó pero el decía que me quería hacer daño desde ese momento no volví a saber nada de el. 

Esto lo cuento porque cualquier le puede pasar y de hecho sigo teniendo apoyo de mi guía espiritual un sacerdote a quien admiro mucho y tenemos una conexión muy especial por le encanta leer mis trabajos periodísticos. 


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