domingo, 18 de febrero de 2024

Dos años de soñar, bailar, crear y brincar en las olas del mar de Puntarenas

 




Desde siempre la provincia de Puntarenas ha estado vinculada en mi vida desde mi primera infancia en los paseos de fin año a la casa de la tía Nena en la Boca de Barranca (cerquita del mar), más adelante fue por el tratamiento de ortodoncia (arreglo en los dientes) e inclusive parte de la familia paterna es porteña entonces este bello puerto está ligado en muchos aspectos de mi vida.

Cuando mi madre falleció Puntarenas me recibió por un corto tiempo para cuidar mis heridas y prepararme para enfrentarme al mundo sin la compañía de mi madre, pero con el tiempo me di cuenta que sería mi lugar mágico y todavía lo sigue siendo ese paraíso en donde me siento realizado. 

Por azares del destino me tocó irme a vivir a la ciudad capital en donde el caos vial, el estrés y especialmente el estar viviendo en un lugar en donde me trataban como algo sin importancia (eso es otro tema que no quiero ni hablarlo), pero fin ingresé a la carrera soñada y a la universidad que había elegido para prepararme profesionalmente como periodista. Estuve casi 7 años viviendo en ese espantoso lugar pero allí tengo grandes amigos y colegas que aprecio con todo mi corazón que me enseñaron a realizarse como un profesional.

Mi carrera profesional fue realizada en la bella pampa guanacasteca me sentía como un niño volviendo a visitar nuevamente a su madre después de mucho sin verla por cuestiones meramente que él debía sanar para enfrentarse a su nueva realidad. Así fue se forjó una carrera maravillosa en Guanacaste durante su tiempo como estudiante visualizando que siempre estaría vinculado como los medios regionales (desde los inicios de la carrera me vi ejerciendo mi profesión allí), agradezco la ayuda brindada a mis mentores en Guanacaste, pero debo de realizar una mención muy importante a José Manuel Peña Namoyure conocido como "Peñita"  por las personas que le tenemos un aprecio y somos muy cercanos a él. Cuando le conté que quería irme para Puntarenas porque ya tenía una vida realizada y me dijo lo siguiente: "Siga adelante y siempre serás bienvenido al periódico", no se imaginan ese día  lloré como nunca, pero debía hacerlo para enfrentarme a nuevos rumbos. 

Me fui con una maleta llenas de ilusiones y ganas de seguir creciendo, pero en mi corazón me acompañaba mi Maria Auxiliadora (mi consejera) y allí fui bailando en las olas del mar como nunca e inclusive caminando por los manglares en donde su energía me llena de vida y eso nunca lo imaginé, el sentarme en la Catedral después de la misa a degustar un maravilloso pastel con un fresco de horchata parecía como un niño del María Auxiliadora (colegio en donde cursé mi 9° año) y en fin empecé a escribir maravillosas historias que podría escribir un libro de crónicas de mis hazañas en Puntarenas. 


Aquí con mi querido Alfonso Chase después de la entrevista cuando era estudiante de Periodismo 



El viernes pasado tuve una conversación con mi maestro Alfonso Chase (escritor costarricense) le digo maestro porque desde que estuve en el colegio me tocó leer un cuento escrito por él y más adelante en la universidad me correspondió una investigación para un curso sobre la vida de Yolanda Oreamuno, Chase es una biblioteca  abierta y desde ese momento nos volvimos buenos amigos porque el siempre ha estado al pendiente de mi crecimiento profesional y no es cualquiera que tiene una amistad con una persona importante en la literatura de nuestro país. En esa conversación resaltó que soy una persona completamente diferente, educado y un lector que devora los libros como sino hubiera un mañana, por cierto les cuento me va a dedicar un poema (no es cualquiera que recibe un detalle de esa manera), después que se fue a reunir con el creador, pero lo tenemos más vivo que nunca, si supieran cuando me di cuenta del estado convalecencia de el casi me pongo llorar, pero tenemos Chase para el rato.

Estos 2 años de estar viviendo en Puntarenas me he dado cuenta que en el camino se encuentra con personas especiales que  forman parte de su vínculo afectuoso, me he vuelto más alegre, me siento feliz y el brillo de mis ojos ha cambiado de una forma tan mágica que solamente quiero pasar caminando por el mar de Puntarenas escuchando un buen bolero para seguir soñando, creando y porque no brincando en las olas del mar de Puntarenas.

Espero que les guste esta crónica de mi segundo aniversario de estar viviendo en el bello mar de Puntarenas. 

 Gracias a cada uno de ustedes por siempre apoyarme siempre en todo y por cierto les cuento un chisme en abril me graduo ya como periodista y esperen pronto esa crónica y las fotos.









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