viernes, 26 de marzo de 2021

El día que conocí a Fabricio




 

Tenía tiempo de no escribir en mi blog soy como una persona que se pierde y vuelve a aparecer nuevamente, necesitaba un espacio para reinventarme y repensar en mi futuro. Desde un tiempo atrás me transforme  en otro ser humano para  pensar solamente en positivo eso ha sido un claro ejemplo de quien soy yo actualmente. 

Lo conocí en una tarde de verano donde se encontraba comiendo un delicioso helado de chocolate, y leyendo un libro de su querida "Yolanda Oreamuno", cuando me senté a conversar con él dejo su libro a un lado y se unió a tener un diálogo conmigo.

Me contaba que venía de un pueblo llamado Abangares, en donde todas las personas son bien trabajadores y ejemplares pero también muy pura vida, luego conversamos acerca de su vida y se abrió como si fuera un libro abierto en donde contó todo lo que ha pasado pero especialmente las luchas que superó. Sin perder el tiempo este personaje me invito a comer la casa allí lo esperaba su pareja donde preparaba una deliciosa comida, porque nuestro amigo se acostumbraba a ir al parque a comerse un helado y leerse un libro después de llegar del trabajo para despejarse la mente. 

Contó que cuando estudiaba periodismo estuvo al punto de dejar su carrera pero nada lo detuvo y siguió adelante, cosechó muchos éxitos. Antes cuando era niño quería dedicarse a estudiar medicina para sanar la gente de los males físicos y del alma, pero algo le decía muy adentro que su vocación era el periodismo.

Lo conocí cuando estaba en la escuela tenía un don impresionante le encantaba hablar hasta por debajo de los codos, participaba en las diferentes actividades de la escuela y también se caracterizó por tener unos padres que los apoyaban en todo, fue un niño criado en un mundo de adultos en donde a su corta edad ya conocía términos médicos e inclusive analizaba la problemática del país como nadie. 

Muy estudioso, responsable con sus tareas escolares y siempre le encantaba a colaborar con las personas en su comunidad y algunas personas se quedaban admiradas por su don de gente parecido al abuelo mejor conocido como Papi Chino o Alfredo pero también a su abuelo paterno que le encanta contar historias.

Llegó una etapa muy difícil para que fue la secundaria allí superó muchas pruebas y con mucho orgullo su bachillerato de colegio el deseaba entrar a la universidad, pero tuvo que posponerlo  para cuidar a su madre pero más adelante Dios lo premiaría un regalo para el.  Con lágrimas en los ojos me cuenta como fue la partida de su madre porque a él le hace falta pero de las lágrimas salieron la fuerza positiva, felicidad y una sonrisa amena.

Ingresó a estudiar su carrera amada que es el periodismo y allí se topo con grandes profesionales de la comunicación, poco a poco se fue abriendo brecha en esta profesión tan competitiva  pero el siempre se cuestionaba, ¿ porque sus compañeros están otros medios de comunicación importantes y yo no?  Pero  se le abrieron las puertas de par en par donde siempre motivado realizó sus prácticas profesionales poniéndole mucho esfuerzo y amor.

Recibió una grata noticia que fue seleccionado para participar en un proyecto periodístico Punto y Aparte donde los periodistas más reconocidos en Costa Rica son mentores de estudiantes de periodismo y este abangareño con raíces porteñas se puso contento al saber la noticia y se encuentra fuertemente y en silencio. 

Cuando terminé de realizarle la entrevista Fabricio pude comprender muchas cosas pero especialmente el nunca darse por vencido.


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