lunes, 18 de abril de 2022

“Mi vida propia es mi único documento”, por Fabricio Alfredo Obando Chang



Primer capítulo:

El nacimiento de nuevo ser.

El día que nació nuestro querido personaje estaba el clima muy soleado y hacia un viento muy fuerte muchas personas piensan que fue el traería muchos cambios en todo su entorno.

El 2 de julio de 1992 era la fecha designada para el nacimiento de este niño que irradiaba mucho luz y una fuerza que nadie conocería hasta que fuera un poco más grande, su madre era Orietta Chang Araúz, una señora regordita, con el pelo negro, los ojos medio achinados y la cara de porcelana y el padre del niño es: Fabricio Obando Marchena, un hombre alto como los árboles que echan raíces y crecen de una forma mágica, moreno tostado por el sol del puerto y un pelo negro que brillaba en la oscuridad.

Su hijo tiene varias raíces, pero siempre salen a relucir las guanacastecas y un poco del puerto que lleva en su corazón, vino al mundo a las 9:45 am ese niño estaba bien despabilado y lo recibieron con mucho cariño en el hospital San Juan de Dios en donde la madre de este se murió por unos segundos y luego la revivieron para que pudiera conocer al pequeño pero gran ser humano.

 Vivieron unos pocos días en San José en la casa de quien fuera su padrino de bautizo su tío Alfredo a por cierto se me había olvidado mencionarles el nombre le pusieron: Fabricio en honor a su padre y Alfredo por su abuelo a quien no puedo conocer.

Ya después de haber obtenido el permiso del médico se trasladaron a Las Juntas de Abangares en donde casi toda la familia lo esperaba con ansias para cuidarlo con mucho cariño y darle mucho amor. Los primeros meses de vida fueron lleno de muchos contratiempos porque ese niño se enfermaba a cada rato y pobre los padres les daba dolores de cabeza, pero con el paso del tiempo se volvería a tranquilizar, pero en la adolescencia volvería esos dolores de cabeza, pero más adelante les contaré eso con todos los detalles.

Lo bautizaron en la iglesia central en donde todo el mundo estuvo presente para recibirlo como un nuevo ciudadano a la iglesia católica de allí en adelante no se volvería a salir porque le ayudaría a su abuela materna y paterna en los asuntos de la iglesia de una manera tan diplomática que todo el mundo se asustaba. Pero casi todo pensaba que me haría sacerdote por mi cercanía con todos los temas de la iglesia, pero la balanza cambio de posición para irse al mundo del periodismo y las letras. Pero al final casi todo el mundo le quería solucionar la vida al personaje de esta maravillosa historia.


Pronto estaré subiendo el segundo capítulo de las crónicas de mi vida 

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